No han pasado tantos años y ya se podría decir que la ISO 9001 tiene su historia: unos comienzos vertiginosos, un periodo de maduración y ahora ¿ en declive? En principio el objetivo bondadoso de la misma era “mejorar la gestión global “de la empresa ¿Creéis que lo ha conseguido? Yo no me atrevería a decir que sí. Permitidme que me explique con tres argumentos.
El primer argumento, y en mi opinión el principal, es que no olvidemos que se trata de una norma generalista que tanto aplica a un colegio, a una industria alimentaria, a un taller de coches, a instituciones de policía, etc. Sinceramente creo que parte del descontento por parte de los empresarios es que esperaban otro tipo de asesoramiento, es decir, más know-how, más especialización en el sector y mayor conocimiento de la gestión y organización empresarial por parte de los consultores/asesores , y no sólo cumplir con unos puntos de una norma que en ocasiones se traducía en montañas de documentos y recogida de datos innecesarios.
Mi segundo argumento es que en muchas empresas se ha ¿implantado? por moda, se han lanzado sin saber muy bien para qué le servía, se ha implantado únicamente por obtener el sello. Bien es cierto que el boom de la ISO 9001 se dio en los años de bonanza y no importaba dilapidar un dineral en consultores y certificaciones e incluso en contratar a una nueva persona para llevar este tema dentro de la empresa.
Y el tercer argumento es la total falta de compromiso en la norma por parte de la alta dirección. Esto se traduce, entre otras cosas, en que se asignaba a una persona de la oficina para llevar el tema; y lo normal es que acababa inventándose la mitad de los datos y registros en un rato que tuviese libre dentro de lo que era su jornada laboral normal.
Como resultado de la sobrevaloración de la norma, de los costes asociados y la falta de buen asesoramiento hoy día se observa empresas que han perdido el interés en la renovación y otras empresas que todavía hacen alusión en su publicidad o documentos a una norma obsoleta. O bien, encontramos empresas que declaran abiertamente que la tienen implantada para poder acceder a una determinada subvención ya que es un requisito en el pliego de condiciones. En mi opinión, este es uno de los muchos errores que comete la Administración elaborando y asignando subvenciones.
La cosa ha cambiado mucho. Lo más notable, creo yo, son las bajadas de precios de consultoras y certificadoras. Pero lo más interesante es que han ido apareciendo normas específicas de sectores concretos. No podía ser menos, la ISO, viendo el filón, se puso manos a la obra. En concreto pongo el ejemplo de lo que yo conozco: el sector Alimentación. Sabiendo lo peculiar que es este sector, con una extensa legislación alimentaria, y que requiere de unos conocimientos profundos de procesos y alimentos, salió la ISO 22000, no sin problemas en un principio que ha ido solventando.
Ahora parece que el problema de falta de especialización de la norma está resuelto pero queda por solventar el relativo al compromiso por la dirección y la competencia y especialización de los consultores y auditores. Creo que en ambos casos aún queda un largo recorrido para que realmente estas normas sean útiles y se saque todo el partido que de ellas se puede sacar a un coste que finalmente resulte ser una inversión para la empresa.
PD: en este post no he mencionado otras normas específicas del sector alimentario internacionalmente reconocidas como la IFS, BRC, SQF, MSC, GLOBAL-GAP.. porque me he centrado únicamente en la ISO.
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