Hace pocos días me he reunido con otros profesionales dedicados al Interim Management. Se trata de reuniones periódicas que organizamos en la asociación VALOREA ( Asociación gallega de Interim Management, www.valorea.org). Dichas reuniones nos permiten conocernos mejor entre nosotros, tanto en el ámbito profesional como en el personal lo cual ayuda a establecer una red de contactos basada en la confianza y el conocimiento. También compartimos experiencias y anécdotas profesionales; y con todo ello consensuamos una manera de explicar la figura del Interim manager y sus funciones a los empresarios, y en especial a los empresarios gallegos.
En esta ocasión uno de los invitados, un interim manager senior, compartió con nosotros una anécdota que le había sucedido en una empresa. Personalmente no me había sorprendido el contenido ni el final de dicha historia porque yo misma he vivido situaciones similares y las he escuchado en multitud de ocasiones.
Al escuchar por enésima vez este tipo de anécdotas que resultan incomprensibles si se tiene en cuenta siempre se debería hacer análisis antes de tomar una decisión me he animado a escribir este post para lanzar la preguntar de por qué creéis que algunos directivos y CEOs toman decisiones tan incomprensibles.
A continuación os dejo un resumen de la anécdota.
El profesional,una persona senior, que nos contó está anécdota trabajaba como interim manager para una empresa en el área en la que es especialista. Había acordado con la empresa unos honorarios mensuales y una serie de visitas semanales. La relación mercantil se extendió algo más de un año. Con su trabajo la empresa mejoró los resultados empresariales. Transcurrido este tiempo y en vista de los buenos resultados se había establecido un vínculo de confianza entre el interim y la empresa. Pasado un año se presento en la empresa una gran consultora de renombre ofreciendo los servicios que ya le estaba ofreciendo este interim manager. La puesta en escena de esta gran consultora fue llegar a la reunión en un coche de alta gama y representada por tres personas perfectamente trajeadas.
El presupuesto por un año de esta consultora fue de un 212% más alto del presupuesto anual del interim con el agravante de que la gran consultora sólo se pasaba por la empresa una vez al mes. Lo asombroso es que la empresa aceptó este presupuesto.
El interim senior que ya llevaba en la empresa durante un año permaneció en la misma un par de meses adicionales para poder transferir la información a la nueva empresa ( la consultora) y es por ello que se pudo enterar de que quienes hacían los análisis preliminares ( análisis que el interim ya había hecho en su día) eran becarios, confesado por ellos mismos.
Este interim salió de la empresa dejando buena huella y buenos compañeros en aquella empresa. Y gracias a ello pudo saber que con la nueva consultora todo fue a peor y que a los pocos meses la Dirección de la empresa ya se había arrepentido del cambio. De hecho la empresa tuvo problemas de supervivencia con concurso de acreedores de por medio. Huelga decir que la empresa no renovó el contrato con la consultora pero ésta ya había cobrado una buena suma de dinero.
Y ahora es cuando viene la pregunta ¿ que hace que un CEO de empresa cambie algo que funciona en la empresa por otro algo que le sale mucho más caro ( ya no sólo por una tarifa más alta sino por el menor tiempo invertido en la empresa) para, en principio, obtener como mínimo los mismos resultados?
Soy consciente de que todos nosotros, tanto como personas individuales, como directivos o como CEO hemos tomado en alguna ocasión decisiones que finalmente resultaron equivocadas. Y seguramente en esas ocasiones nos faltó un mayor análisis, una mejor comparativa o simplemente nos dejamos influir por la intuición.
Pero el caso de esta anécdota resulta incomprensible porque la propuesta era claramente desventajosa para la empresa y porque contaban con un profesional con solvencia demostrada.
¿Qué pudo haber pasado por la mente de este CEO?
¿ Qué hubierais hecho vosotros?
A colación de esta historia creo oportuno hacer hincapié que los servicios de un Interim y de un Consultor no son los mismos, no se pueden comparar, hay un abismo entre uno y otro y este abismo puede ser aún más grande dependiendo del tipo de proyecto del que estemos hablando.