Las cifras de fracaso en innovación y emprendimiento son demasiado altas

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RELATO DE EMPRESA REAL

¿Te has preguntado alguna vez cuántas ideas empresariales brillantes  ni siquiera llegan a despegar?

Yo me lo he preguntado alguna vez, pero para esta pregunta me temo que no hay respuesta.

De lo que sí podemos tener cifras son de las ideas o proyectos que llegan a ponerse en práctica y de cómo acaban.

Ahí van algunas cifras según distintas fuentes:

“El 25% de los negocios emergentes fracasa el primer año, y seis de cada diez no logran superar el quinto”

 “La tasa promedio de fracaso de los startups es de alrededor del 20 % en el primer año y del 50 % en los primeros cinco años

La industria con mayor tasa de fracaso es la de la información y las comunicaciones con una tasa de fracaso del 32,6%. en el primer año, y 63,6% en los primeros cinco años. Este sector incluye nuevas empresas de software, Internet, medios y telecomunicaciones”

Son muchas las causas por las que una idea brillante puede fracasar y otras tantas por las que  una idea con poco potencial  puede llegarse a poner en marcha.

Esto último me despierta la curiosidad.

La verdad es que sería un buen caso de estudio el ponerse a analizar el “ciclo de vida” de esas ideas que ya nacen moribundas.

¡Crónica de una muerte anunciada!

Sin pretender hacer una tesis sobre este asunto me he puesto a reflexionar sobre por qué se llevan a cabo ideas que están condenadas a fracasar.

No sé si se te ocurren otras causas pero las principales causas que he deducido por experiencia son:

  1. Había dinero disponible para gastar
  2. El orgullo propio
  3. Las subvenciones
  4. El desconocimiento

Y ¿Qué decir de los síntomas que alertan de que la cosa no va bien?

A veces son síntomas que pesan, convives con ellos, no te dejan avanzar y  te hacen pensar que,  quizás ,la idea no era tan buena.

Los síntomas que suelo ver son:

  1. Un enorme esfuerzo diario para mantener el proyecto vivo, tanto de tiempo como de dinero
  2. Quejas y desmotivación de las personas relacionadas (empleados, clientes, proveedores..)
  3. Un viaje empresarial agónico hasta el desenlace fatal

Esto es lo que estuvo a punto de pasarle a uno de mis clientes que tiene un proyecto en el sector primario alimentario.

Me contactó porque tenía una idea para diversificar e innovar en el negocio y así sacarle más rentabilidad.

Tras analizar bien la situación actual en la que estaba y lo que pretendía poner en práctica empezamos a trabajar con los números.

¡Benditos números!

Mi objetivo era que, por él mismo, llegase a las siguientes conclusiones:

  1. La inversión que tenía que hacer era considerable respecto a la ganancia adicional que iba a conseguir
  2. La forma de comercializar el producto que tenía en mente era muy costosa y con un alto riesgo.
  3. La rentabilidad de esa nueva línea que quería poner en marcha sería muy baja aun contando que todo lo anterior estuviese amortizado

El cliente se convenció, y por suerte, abandonó la idea.

A partir de ahí empezamos a trabajar en otras ideas más factibles y viables.

En este caso esta persona fue inteligente, era consciente de su falta de conocimiento en la industria alimentaria y de gestión de empresa y decidió pedir ayuda.

Te ayudo a que te sientas orgulloso de tu empresa alimentaria.26 años contribuyendo a que los propietarios de empresas de alimentación se sientan satisfechos de haber conseguido esa ansiada certificación de calidad alimentaria, esa mejora productiva que necesita y esa rentabilidad que desea.

Lo hago trabajando de manera temporal como uno más dentro de tu empresa para que alcances ese logro que otros pensaban que no serías capaz o del que ya habías desistido.

¿Te atreves a conseguirlo?

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