RELATO DE EMPRESA REAL
«Vete a descansar y duerme un poco antes de tomar una decisión.»
Seguro que lo has escuchado muchas veces.
Y con razón.
En el mundo empresarial, tomar decisiones bajo el efecto de emociones intensas –ya sea un enfado descomunal o una euforia desmedida, puede resultar en un error grave.
Lo mismo ocurre cuando el agotamiento mental te impide pensar con claridad.
O Cuando tu mente entra en cortocircuito,
En cualquier caso, las decisiones que parecen correctas en ese momento pueden convertirse en grandes arrepentimientos a largo plazo.
El caso de dos socios atrapados en su propia fatiga
Hace un tiempo, trabajé con una empresa alimentaria en un proyecto de eficiencia operativa.
El objetivo era optimizar la producción, mejorar la organización y redefinir los métodos de trabajo todo ello cumpliendo con la normativa de seguridad alimentaria.
Eran dos socios.
Cuando me contactaron estaban agotados con la empresa
No entendían por qué la empresa no funcionaba bien, por qué estaban tan cansados y por qué, después de tanto esfuerzo, los números no reflejaban mejores resultados.
Pasaban más tiempo en la fábrica que gestionando su empresa.
Empezamos a trabajar y me sorprendió gratamente que, a pesar de su cansancio, fueron esponjas a la hora de aprender y aplicar cambios.
Pero entonces, ocurrió algo inesperado.
Cuando el cansancio nubla el juicio
A mitad del proyecto, después de haber implementado mejoras clave y haber tomado decisiones importantes de empresa, los socios comenzaron a quejarse insistentemente de un empleado.
Durante un mes, cada día que iba trabajar a la empresa me hablaban sobre lo mal que trabajaba, sobre su falta de implicación y sus muestras de falta de trabajo en equipo.
Incluso habían barajado la posibilidad de prescindir de ese empleado.
¡ Habían llegado a buscar posibles sustitutos para el puesto!
La bola contra ese empleado crecía cada día
Curiosamente, ese mismo empleado era el llamado a ser el encargado de producción.
Después de haber trabajado unos meses en la empresa con todo el personal y aún reconociendo que eran verdad algunas de las observaciones que contaban los socios, era evidente que hablaban más alto sus emociones que la objetividad.
Todo apuntaba a que tenían un corto circuito metal
Había que hacer algo.
Mi misión: Restablecer el circuito
Mi trabajo en ese momento consistió en:
📌 Frenar la bola de nieve antes de que tomaran una mala decisión.
📌 Ayudarles a ver la situación con claridad y sin la distorsión de las emociones y el agotamiento.
Les ayudé a replantear su perspectiva.
¿Cómo acabó la historia?
Aquel empleado acabó siendo el encargado de producción.
Poco tiempo después de distribuir las funciones y tareas de cada puesto, uno de los socios me dijo:
«Fulanito está respondiendo muy bien, me había equivocado.»
Y no solo eso.
Gracias a la nueva organización de la producción, los socios dejaron de vivir en la fábrica y recuperaron su rol como empresarios.
La lección: No decidas cuando tu mente está en guerra
Cuando las emociones te dominan o el agotamiento mental nubla tu juicio, tu cerebro se vuelve tu peor enemigo.
Si sientes que tu mente está en corto circuito, que no tienes claro por dónde echarle la mano a tu empresa para que funcione como te gustaría para ganar más contáctame y cuéntame tu caso.
Te ayudaré a restablecer la claridad para evitar tomar una decisión de la que puedes arrepentirte toda la vida.
Te ayudo a que te sientas orgulloso de tu empresa alimentaria.
Más de 26 años contribuyendo a que los propietarios de empresas de alimentación se sientan satisfechos de haber conseguido esa ansiada certificación de calidad alimentaria, esa mejora productiva que necesita y esa rentabilidad que desea.
Lo hago trabajando de manera temporal como uno más dentro de tu empresa para que alcances ese logro que otros pensaban que no serías capaz o del que ya habías desistido.
¿Te atreves a conseguirlo?
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