¿Harías negocios con cualquier empresa alimentaria?

seguridad alimentaria

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Hace unas semanas publiqué un artículo sobre una verdad que aplica en el sector alimentario:

“El riesgo cero no existe”.

(Si quieres leer  aquel artículo pincha aquí )

Y es cierto

Siempre habrá una probabilidad de que un alimento contaminado llegue al consumidor y  le cause un problema de salud.

Un comentario en ese artículo de un miembro de linkedin me dejó pensando. Decía

“Si el riesgo cero no existe, entonces habrá que comprar a las empresas que más se acerquen a él”.

Parece obvio, ¿verdad?

Pues en la práctica no lo es tanto.

Cada año, miles de personas sufren intoxicaciones alimentarias o problemas graves por alimentos contaminados.

Entonces, sabiendo que el riesgo cero no existe y ,por ende, deduciendo que lo sensato es comprar a empresas alimentarias que lancen alimentos al mercado con un riesgo cercano a cero

¿Cómo podemos identificar a esas empresas alimentarias?

No siempre es fácil identificar si una empresa alimentaria realmente está comprometida con la seguridad alimentaria o si simplemente cumple lo justo para evitar sanciones.

Entonces, ¿cómo podemos reconocer a las empresas alimentarias que hacen bien las cosas?

En mi experiencia, hay dos factores esenciales para evaluar el nivel de seguridad alimentaria de una empresa:

☑️ El tipo de alimento que produce
☑️ La actitud del dueño frente a la seguridad alimentaria

Veamos cada uno en detalle.

☑️ El tipo de alimento y su nivel de riesgo

No todos los alimentos tienen el mismo riesgo de contaminación. Algunos, por sus características intrínsecas, son más seguros que otros porque no favorecen el crecimiento de bacterias peligrosas.

Alimentos de bajo riesgo: cereales de desayuno, café, vino, legumbres secas, etc
Alimentos de alto riesgo: platos preparados refrigerados, carne cruda, leche cruda, cremas y natas de confitería, etc

☑️ La actitud del dueño frente a la seguridad alimentaria

Las normativas sanitarias son de obligado cumplimiento, pero su aplicación real depende en gran medida del compromiso del dueño  de la empresa.

Las inspecciones sanitarias son puntuales, algunas fábricas se revisan cada año, otras cada dos o incluso con menor frecuencia. Durante el resto del tiempo, la seguridad alimentaria queda en manos del buen ( o mal ) hacer de la empresa.

Un empresario comprometido con la seguridad alimentaria no solo sigue la normativa, sino que la supera.

¿Cómo?

Las empresas más comprometidas suelen certificarse voluntariamente en normas de gestión de la calidad alimentaria como BRCGS, IFS o FSSC 22000. Estas certificaciones implican un estándar más alto que el mínimo legal.

Pero ojo, una certificación no lo es todo.

He conocido empresarios sin certificación con un compromiso absoluto por hacer bien las cosas.

Y también me he encontrado con otros que solo buscan la certificación como un “peaje” para hacer negocios, haciendo malabares de último momento para pasar la auditoría periódica.

Conclusión: La seguridad alimentaria depende más de las personas que de los papeles

Si quieres saber si una empresa alimentaria realmente cuida la seguridad de sus productos, es necesario mirar más allá de los eslóganes publicitarios y las certificaciones.

Porque al final, la seguridad alimentaria no es solo cuestión de normas y legislación, sino de compromiso real con la salud de los consumidores.

Te ayudo a que te sientas orgulloso de tu empresa alimentaria.

Más de 26 años contribuyendo a que los propietarios de empresas de alimentación se sientan satisfechos de haber conseguido esa ansiada certificación de calidad alimentaria, esa mejora productiva que necesita y esa rentabilidad que desea. Lo hago trabajando de manera temporal como uno más dentro de tu empresa para que alcances ese logro que otros pensaban que no serías capaz o del que ya habías desistido.

¿Te atreves a conseguirlo?

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