Ayer, de nuevo, volví a ver la película “El Becario” interpretada por Robert de Niro y Anne Hathaway.
El argumento gira alrededor de una empresa de las denominadas start up
Pero…
¿podría aplicarse a otras empresas distintas al sector tecnológico como las empresas alimentarias por ejemplo?
Sí, claro que sí.
En la película, Hathaway enfrenta un problema común de las startups: su negocio ha crecido tanto que la gestión diaria la supera. Ha demostrado que es una líder visionaria pero la empresa empieza a tambalearse según ha ido creciendo.
Le sugieren contratar a un CEO externo para que tome el control de la dirección operativa y esto le obliga a reflexionar sobre lo que es mejor para la compañía.
En mi opinión, el momento clave de la película está en la frase que le dice De Niro a Hathaway cuando ella le pide opinión sobre cómo está llevando la compañía a lo que él le recuerda una frase popular atribuida a Mark Twain “ Nunca te equivocarás al hacer lo correcto”.
A raíz de ese momento de la película, yo diría que se vislumbre el desenlace de la película.
¿Cuál es el desenlace final? Sigue leyendo.
Lo que plantea la película es algo que le ocurre a muchas empresas que tienen un crecimiento muy rápido, tanto si son start ups como si son de un sector más tradicional.
Yo misma he visto a empresas alimentarias morir de éxito.
Los fundadores de empresas que tienen un crecimiento vertiginoso necesitan escuchar que a medida que las organizaciones crecen, la pasión, creatividad iniciales y las interminables jornadas de trabajo invertidas no son suficientes para sostenerlas.
La complejidad aumenta, y tomar decisiones estratégicas basadas en hechos, y no en emociones, se vuelve vital.
Aquí es donde entra la figura de un experto externo, un interim manager, alguien que pueda guiar el barco.
¿La única salida es contratar a un CEO externo como le sugerían a Hathaway?
Pues no, es una de ellas y ello dependerá de la situación de la empresa.
Me explico.
Situación 1:
Si la situación es por ejemplo de falta de relevo generacional en el momento en que toca el relevo, contratar a un CEO es una buena opción hasta que aparezca ese familiar que quiera coger el timón.
Situación 2:
Si la situación es, por ejemplo, la de la película en la cual la fundadora reconoce que liderar una empresa en expansión requiere habilidades distintas a las que se necesitan para lanzarla y además tiene la humildad de pedir ayuda a quien sabe, no es necesario contratar a un CEO que te sustituya sino a alguien, de nuevo un interim manager, que te acompañe a ordenar y gestionar la empresa de manera profesional junto al cual irás adquiriendo conocimientos de dirección de empresa que te quedarán para toda la vida.
El desenlace de la película se decantó por la segunda opción, una opción previsible ya que tenemos delante a una líder que reconoce sus deficiencias y que acaba tomando la decisión inteligente de pedir ayuda.
A título anecdótico, leyendo sobre la biografía de Mark Twain, él también creó varias empresas, fracasaron, entró en bancarrota hasta que decidió ponerse en manos de un experto en gestión. Twain aplicó su propia afirmación: “ cuando haces lo correcto no te vas a equivocar”.
Si eres de los que reconoces que no llegas a todo y tienes la suficiente humildad para pedir ayuda, empieza por contactarme y valoramos si te puedo ayudar y cómo lo haría.
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