Hay series míticas. Friends es una de ellas.
¿Te acuerdas del capítulo en el que los seis salen a cenar a un restaurante caro y, cuando llega la cuenta, Ross propone lo “fácil”: dividir entre 6?
En ese momento florecen emociones de frustración, sensación de abuso, injusticia por parte Rachel, Phoebe y Joey
Rachel, Phoebe y Joey habían consumido bastante menos… y, aun así, iban a pagar lo mismo que Mónica, Ross y Chandler, que eran quienes más ganaban y se habían permitido pedir “lo bueno” sin mirar tanto el precio.
Y pensé: en estas fechas, entre cenas de amigos, de equipo, de antiguos compañeros… ¿cuántas veces se repite esta escena?
O esta otra que es muy similar:
- Cena con precio cerrado por persona.
- Algunos se toman una copa antes en la barra del restaurante donde va a ser la cena
- Otros piden extras durante la cena.
- Y al final, con el “dividimos y listo”, a algunos sale a pagar un 30% más.
¿Te suena?
Y aquí viene la pregunta incómoda:
¿Quién tiene más responsabilidad para que estas situaciones ocurran: ¿quien se aprovecha y calla, o quien se siente tratado injustamente y también calla?
Me encantará leer tus anécdotas a este respecto.
Aquel capítulo no iba de una cena.
Iba de cómo se reparten los costes cuando no todo el mundo consume lo mismo.
En una pyme pasa igual cada semana:
- cuando el desperdicio “se reparte”, pero siempre lo provoca la misma zona,
- cuando el bonus es igual para todos aunque no todos empujan igual,
- cuando unos se comen los marrones y otros “desaparecen”,
- cuando el tiempo extra lo pagan los de siempre
¿Resultado?
- los responsables buenos se queman,
- los cumplidores bajan el ritmo,
- y los listillos aprenden que compensa pasarse.
El “café para todos” suena justo… pero muchas veces es exactamente lo contrario.
Los equipos no se rompen por trabajar duro. Se rompen por la sensación de injusticia.
Si sospechas que en tu fábrica hay “división entre 6” (costes, tiempos o esfuerzos mal repartidos) que se está traduciendo en baja productividad y desmotivación escríbeme y miramos qué ajustes simples devuelven sentido de la justicia y margen a tu organización.
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